Fecha

10.2023

Vuelve el proyecto Hartmon: «Retorcer cada idea»

El manifiesto harmonista inspira la segunda edición del proyecto Hartmon, nacido para conectar el arte emergente con la agenda pública, con la presencia esta vez de 18 artistas de las galerías Belmonte, Pradiauto, The Goma y el Chico.

En primavera iniciamos el proyecto Hartmon para conectar el arte emergente con la agenda pública. Para harmonizar el desorden, desde otra mirada.

Para la segunda edición, nos volvemos a inspirar en nuestro manifiesto. Porque creemos en crear. Y retorcemos cada idea hasta lograr la mejor versión de sí misma. La creatividad es nuestro elemento diferencial y, por eso, la cuidamos y le dedicamos (mucho) tiempo y (mucho) espacio.

De nuevo, los comisarios Javier Aparicio y Victoria Solano han llenado Harmon de pequeñas obras maravillosas para la exposición Retorcer cada idea, un proyecto que tiene como soporte principal el lienzo, como disciplina la pintura y como objetivo demostrar que, aunque la forma sea la misma, los discursos nunca lo son.

“Los artistas dedican la mayor parte de su tiempo y vida a encontrar la mejor versión de un lenguaje. En este proyecto, presentamos artistas que están ahora desarrollando su práctica desde un lugar de genuina búsqueda, no queriendo encontrar soluciones, sino elaborando preguntas que se concatenan unas con otras”, explica Aparicio, director de la galería El Chico.

Hartmon es una propuesta colaborativa que quiere servir de altavoz para artistas emergentes y generar impacto. Y que quiere tender puentes entre el arte, la reflexión y la agenda pública.

Agradecemos a los artistas que se han sumado a Hartmon y a las galerías Belmonte, Pradiauto, The Goma y el Chico.

 

BIOGRAFÍAS DE LOS ARTISTAS

Alejandro Villa-Durán (Jalisco, México, 1993). El punto de partida de la obra pictórica y escultórica es la «coreografía intuitiva», término que condensa una repetición metodológica: salir, moverse para regresar y luego trazar la ruta. En general, estos viajes fuera de la ciudad buscan convertir el cuerpo en el medio para una presencia atenta en el entorno. No se apuesta por una interpretación de lo natural, sino por una relación singular que permita al cuerpo general un diferencial al verse afectado por el encuentro: es decir, por lo imprevisible. La sensación se abre y la percepción responde no precipitando signos, sino estableciendo una línea de interpretación, una posición -con vistas a ser compartida- sobre lo experimentado.

Elisa Pardo Puch (Madrid, 1988). Su obra reflexiona sobre las lógicas del consumo y los objetos de deseo a través de elementos y formas extraídos de experiencias personales, emociones y situaciones cotidianas. Su obra vincula a menudo elementos autobiográficos con el presente (histórico y social) y con el espacio que contiene las piezas. La artista trabaja con técnicas que le permiten proceder de forma intuitiva, repetitiva y meticulosa -como el dibujo o la costura- y utiliza la tensión que se produce entre los elementos industriales y los procedimientos artesanales. A través de diferentes formatos, explora el potencial de los materiales desechables y pobres para pensar y crear desde sus propias connotaciones, invirtiendo o desactivando ciertas asociaciones automáticas entre el material, su uso y su deseabilidad.

Karolina Dworska (Rzeszów, Polonia, 1997). Es una artista afincada en Londres. En 2021, ha sido seleccionada para el Premio Nuevos Contemporáneos, la red de apoyo líder en el Reino Unido para prácticas artísticas emergentes. Su trabajo explora, a través de una variedad de medios escultóricos y textiles, la zona gris entre el sueño y la realidad, espacios fantásticos y utiliza entornos imaginados con personajes irreales como telón de fondo para su trabajo. Además, su trabajo también explora su pasado inmigrante, ya que emigró al Reino Unido cuando era niño desde Bieszczady, Polonia. Realiza su trabajo a través de una práctica interdisciplinaria centrada en paisajes oníricos, en los que las cosas están indefinidas e incómodas.

Nada bien es el proyecto artístico de Ramón Duero Orlando (Madrid, 1992). Graduado en comunicación audiovisual y tatuador, pintor autodidacta. Nada Bien da espacio a una serie de inquietudes creativas – “Es un concepto que guía la práctica. Algo así como un mantra polisémico, que ayuda a centrar la acción y el pensamiento. Para poder avanzar en la experimentación y en la ilusión por compartir experiencias y formas de ver”. Su técnica puede caracterizarse como mixta: tinta hectográfica, papel sobre lienzo, acrílico en spray, grafito. Algo muy bonito de su trabajo es que interviene el lienzo por ambos lados; generando una agencia en el reverso. Las formas pintadas atrás se intuyen desde alante, enfatizándose o escondiéndose también en función de la luz.

Lucía Bayón (Madrid, 1994). Centra su práctica en torno a la escultura y la escritura. Para abordar el problema de la continuidad frente a la discontinuidad y bordeando las nociones de flujo y pliegue, Bayón concibe los diferentes elementos que construyen la práctica como dispositivos retóricos dentro de un campo semántico de circulación, con el fin de explorar el espacio potencial de traducción entre el lenguaje (acción, molde), y la materia (elemento maleable, contenido mutable). La producción escultórica se articula a partir de lo menor, el exceso residual y lo codificado. Combinando prácticas de conservación y preservación, tradiciones artesanales, e incorporando gradualmente técnicas de procesamiento industrial, la obra aborda el funcionamiento de ciertos métodos de producción específicos y las condiciones en las que se produce este trabajo. La propia insistencia en la repetición y acumulación de gestos, ritmos y motivos recurrentes culmina en la percepción de un momento de detención de contenidos superpuestos. Esto apunta a la idea de sostener un circuito que enreda movimientos de circularidad, procesos de deconstrucción, y enreda lo residual en un lento devenir, por lo que la práctica adopta una sensibilidad para permanecer especulativa.

Martin Llavaneras (Lleida, 1983) vive y trabaja en Barcelona. Su práctica se desarrolla en torno a la escultura y la instalación, explorando las diversas formas de circulación de las materias primas. Llavaneras utiliza sustancias que atraviesan y sedimentan cuerpos, objetos y palabras, a la vez que examina los ciclos a través de los cuales se acumula, distribuye y oxida su significado. Estudió Bellas Artes en la UPV (Bilbao, España), HTW (Berlín, Alemania) y UB (Barcelona, España). Entre sus principales exposiciones individuales destacan Cau (Pols, Valencia, 2020); Turbaturbo (La Capella, Barcelona, 2019); Fruit Belt (Espai 13 – Fundación Joan Miró, Barcelona, 2017); Humus Recalls Curvatures (Centro de Arte La Panera, Lleida, 2017) y Reengineering Calcium (Blueproject Foundation, Barcelona, 2016).

Miguel Marina (Madrid, 1989) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Entiende su trabajo como un proceso en el que cada pieza y cada material le llevaban al siguiente, lo cual provoca saltos formales y discursivos que buscan analizar y pensar el paisaje y los distintos elementos que lo componen desde la pintura y las diferentes vías plásticas que ofrece. En su práctica utiliza procesos que implican la unión idea-imagen-material y cree que éstos se extienden hasta formar un cuerpo de obras que miran a diferentes frentes pero que remiten a lo mismo, una suerte de narración fragmentada que evoca al hacer y a lo manual como conciencia y punto de partida a la hora de relacionarse con su trabajo en el día a día.

Abel García (Sevilla, 1996) encuentra en el universo adolescente un principio a partir del cual generar un relato en clave de ficción poética. Su propuesta plantea identificar la dimensión psicológica del desarrollo identitario juvenil más allá de la elaboración de un simple retrato idealizado. Por ello, lo emocional o lo íntimo es utilizado como sedimento para tratar temas que tienen que ver con el devenir del adolescente doblegado en la dirección marcada por la sociedad adulta. Los jóvenes presienten un sentimiento de negación hacia su autonomía, quedando privados de un objeto tan esencial como es su propio deseo y su naturaleza aleatoria, plural e integradora. La adolescencia y el paso del tiempo, la negación de la pérdida de la inocencia unen su trabajo al de Guillermo Martín Bermejo, que considera a Abel parte de lo que él define como la Nueva Figuración Española. Los diferentes medios de ambos artistas arrojan un espectro amplio de la psicología adulta mirando al adolescente como un objeto de deseo y de pérdida.

Álvaro García (Madrid, 1997) Graduado en Bellas Artes en 2019 por la Universidad Complutense de Madrid. Es un artista que explora los límites de un universo propio pero reconocible para el resto, haciendo uso del medio de la pintura de una manera que recuerda a escuelas clásicas.
Su lenguaje gira entorno a lo místico y sobrenatural que surge de los sueños. Su técnica pictórica demuestra la dominación que tiene hacia el cuerpo humano y sus formas; En sus pinturas podemos apreciar una suerte de simbiosis entre el renacimiento y el surrealismo
Álvaro es el segundo artista que participó en Adentro/Afuera con una exposición individual en el Chico.

Álvaro Chior (A Coruña, 1992). Su trabajo, el cual combina disciplinas como la escultura, el sonido, la escritura y lo fílmico, pone el foco en el lenguaje y la imagen, la gestualidad implícita en sus articulaciones, sus cualidades materiales, sus relaciones con procesos corporales y físicos y la búsqueda de designificación de sus unidades a través de procesos como la repetición o el movimiento. Su trabajo se ha expuesto en instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), La Casa Encendida (Madrid), Sala de arte joven (Madrid), Sala Amadís Injuve (Madrid), Matadero (Madrid), CC Can Felipa (Barcelona), Fabra i Coats (Barcelona), DA2 Domus Artium 2002 (Salamanca), Las Cigarreras (Alicante), TEA Tenerife Espacio de las artes (Tenerife), Etopia: Center of Art and Technology (Zaragoza), así como en otros países como EE.UU, México, Italia y Escocia.

Jose Casas (Blanes, 1995). Graduado en Bellas Artes en 2021 por la Universidad de Granada y máster de Producción Artística Interdisciplinar en la Universidad de Málaga. Artísticamente desde la preadolescencia y motu propio empezó con una escritura “salvavidas”, adentrándose poco después en un adolescente mundo del rap, mientras estudiaba fotografía, grabó dos trabajos en solitario y con un grupo. Así sus primeras interferencias artísticas fueron algunos conciertos en bares y pubs de la ciudad granadina. Estos trabajos muy tempranos, aunque lejanos ahora, se arriesgan a ser mencionados, no como pertinentes, sino como testigos de un primer encuentro artístico que acabaría siendo un indicador de que este sentimiento “catártico-lírico de imagen” viene desde antes de una formación “artística” y ha madurado vertiéndose en las pinturas y dibujos que han acabado siendo su núcleo principal de producción.

Marina Roca Díe (Madrid, 1988) Ya sea a través de gruesos trazos de óleo, fijando fuertemente la figura de un cuerpo en el lienzo, o en endebles contornos dibujados a lápiz de una relación sexual, lo que es esencial en el trabajo de Marina es la constante exploración y escrutinio de esa cosa que llamamos el cuerpo. Un cuerpo, el cuerpo, nuestros cuerpos –un fenómeno tan fundamental y básico en nuestras vidas pero en carne propia, tan imperceptible. Vivimos a través de él, en él y algunas veces en contra de él. No podemos vivir sin él. Es una paradoja de la percepción: no soy mi cuerpo y no existo sin él. Es un recipiente que contiene todo lo que soy, y sin embargo, ese soy desborda incesantemente las fronteras que lo encierran. A través de representaciones de diversas ramas como la filosofía, el psicoanálisis y el feminismo, Marina explora extensivamente el perplejo territorio del cuerpo, su interior, su exterior, sus formas, sus texturas y su contenido para crear una representación potente. Al final, lo que todas estas imágenes y representaciones capturan, es que un cuerpo no es nunca solamente un cuerpo.

Silvia Olabarría (Vizcaya, 1974). Silvia entiende la pintura como un ejercicio en el que los signos, señales, manchas y marcas se enfrentan entre sí, buscando un resultado plástico que genere una emoción estética profunda, un lugar y tiempo donde estar mientras se mira un cuadro. Aparentemente contradictorio según la tradición que afirma que lo figurativo es lo contrario a la abstracción, los elementos que conforman sus obras tienen a veces características de ambas. En sus obras participan lo mecanizado e industrial, tanto como lo orgánico; los trazos improvisados se entremezclan con lo imaginado y controlado. En el último tiempo, ha fortalecido un lenguaje personal en torno al proceso, que se ha servido de técnicas y herramientas para ensancharlo, haciendo de ello el principal personaje del cuadro, convirtiéndolo en visible. Últimamente está interesada en los vacíos, en los fragmentos y en lo que se cubre y hace imposible ver todo el campo de la imagen; cuando usa plantillas, hace de la interrupción un elemento esencial.

Blanca Guerrero (Madrid, 1990). Su obra abarca la pintura, la fotografía y el collage. Con cada uno de estos medios propone lugares para estar. Su proceso parte de ejercicios de observación consciente; de la cesión del yo al paisaje, al momento o al entorno. A la hora de producir su obra, se desplaza sobre esas instancias pasajeras e intenta recuperar esa conciencia visual y corporal. Con su obra, Guerrero prolonga la naturaleza sensorial de fenómenos fugaces, como el resplandor del sol, un paisaje nocturno, los diferentes niveles de oscuridad durante el crepúsculo, el velo de la niebla o la luz que baila sobre la superficie del agua y su reflejo en las profundidades. Es un proceso en el que se esfuerza constantemente por dar una presencia física a una percepción tenue; un esfuerzo por capturar la efímera experiencia de ver.

Eloy Arribas (Valladolid, 1991). Es licenciado en Bellas Artes en Salamanca. Su trabajo no trata de verbalizar, sino de ilustrar. Ilustrar esa serie de ideas difícilmente expresables que, por su carácter emocional, solamente pueden ser abarcadas totalmente de manera sensible: el éxito, el odio, la rabia, la envidia, los celos, el amor, el fracaso, la sexualidad, la muerte, la pasión, la alegría; la fiesta, la pelea, los conciertos de música, las relaciones de pareja, el comportamiento destructivo. Pretende aludir a su contenido, olvidar el nombre, para reconstruir plásticamente su cuerpo y sugerir posibles formulaciones nominales que se manifiesten en la mente del espectador de forma oculta y subliminal. Trata de construir realidades tangibles, escenografías, a través de la destrucción de los conceptos lingüísticos que les sirven de referente.

Jesús Crespo (Madrid, 1989). Realiza pinturas que exploran las relaciones dinámicas entre metamorfosis, disolución y extrapolación de imágenes. En sus pinturas, combina múltiples perspectivas para crear espacios nuevos y ambiguos donde la percepción y el descubrimiento se fusionan a través de la diversión. El resultado es un cuerpo de trabajo que empuja los límites de la pintura y abre nuevas posibilidades para la comprensión de la imagen y el significado aleatorio de la abstracción, utilizando conceptos como la pareidolia. Es por eso que las pinturas de Crespo a menudo juegan con la ambigüedad, invitando a los espectadores a interactuar con su trabajo en múltiples niveles para decidir por sí mismos. A través de su uso del color, la forma y sus lienzos lubricados, crea una experiencia inmersiva que difumina las líneas entre la abstracción y la figuración.

Nacho Martín Encinas (Madrid, 1984). A través de la unión entre la pulsión manual y la consciencia sensorial, su propuesta artística gira en torno a la performatividad de lo presencial y los sentidos, así como a la idea de utilidad o la idea de necesidad y fé en las prácticas artísticas. Para ello, su modo de hacer parte de la experimentación material: el estar en contacto, el tener una experiencia sensorial con la materia es una forma de producir pensamiento que deriva del proceso de hacer cosas concretas. Este proceso se materializa mediante un ejercicio espacial en el que se combinan lo pictórico, lo sensorial y lo narrativo.

Leopoldo Mata (Badajoz, 1994) tras acabar el grado en Bellas Artes en Cuenca pasó varios años en París donde se desarrolló como artista del tatuaje. A su vuelta a España estudió el máster Landa del espacio en Espositivo, momento en el que retomó su práctica artística como pintor hasta ahora. «Si hay un patrón con el que me sienta cómodo para hacer una aproximación a mi trabajo es la yuxtaposición de diferentes lenguajes visuales como consecuencia del abandono de ideas a medio camino de ejecución que a menudo son solapadas con otras ideas/sistemas, evocando a la dispersión y a la no aprehensión de ninguna verdad. Me interesa construir desde el ruido y la interrupción continuada que caracteriza nuestro presente incluyéndola en el proceso pictórico; jugar con conceptos seriamente por un rato para derribarlos más tarde con una sensación generando una miscelánea que habla de mi manera de entender el mundo contemporáneo».

 

SOBRE LOS COMISARIOS DEL PROGRAMA

Javier Aparicio
Javi (1985, Ciudad de México) vive y trabaja en Madrid. Formado en arte dramático, ha desarrollado su carrera en el arte contemporáneo y la producción teatral y cinematográfica. En Madrid, formó parte de la galería Travesía Cuatro, donde fue director y abrió la sucursal mexicana en Guadalajara en 2013. Ha trabajado en proyectos de arte, teatro y cine en Buenos Aires, y fue director de Art Projects Ibiza. Además, ha sido consultor en la firma KCM Fine Arts, basada en Nueva York, focalizado en artistas de media carrera y emergentes en el sector internacional. En enero de 2021 abrió en Madrid el Chico, una plataforma híbrida para artistas emergentes y mid-career españoles. Actualmente, el Chico se ha asociado con el Estudio César Aréchiga para abrir la residencia de artistas Ladrón [de Guevara] en Guadalajara, México, dedicada a la internacionalización de artistas españoles a través del puente entre Guadalajara y Madrid.

Victoria Solano
Victoria (1977, Madrid) es una consultora especializada en proyectos de arte contemporáneo con una larga trayectoria nacional e internacional en Madrid, Londres, Berlín y Nueva York. Ha sido durante cuatro años, hasta diciembre de 2022, la directora en Madrid de la galería berlinesa Carlier / Gebauer. Y ha trabajado en el pasado en algunas de las galerías más importantes de la escena artística nacional, como Travesía 4 y Pepe Cobo, e internacional, como Marian Goodman Gallery en Nueva York. Fue la coordinadora de las primeras ediciones de Apertura, el Madrid Gallery Weekend. En el ámbito institucional, ha sido también responsable de actividades en Arco, y trabajó en la oficina de proyectos especiales del Museo Guggenheim de Nueva York. En la actualidad, además, asesora como art advisor a coleccionistas españoles e internacionales.

 

Autor

Borja Bergareche

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